Basura para iluminar 20.000 viviendas
27-05-2009 - Carmen M. Gutiérrez - Fotografías: Gustavo San Miguel
Igual que la descomposición de la comida en nuestros estómagos provoca gases, el Parque Tecnológico de Valdemingómez acaba de comenzar a producir biogás a partir de la materia orgánica que llega al centro donde se gestionan los residuos de la capital.
"El proceso viene a acelerar la descomposición de los residuos que tiene lugar en los procesos de compastaje, a la vez que se genera biogás, según explica la directora general de Valdemingómez, Miryam Sánchez. Todo ello ocurre en los nueve digestores ("estómagos" de 3.600 metros cúbicos de capacidad) que se han instalado en Valdemingómez y que serán capaces de generar al menos el gas equivalente al consumo de alrededor del 20 de la flota de la Empresa Municipal de Transportes, unos 400 autobuses. Para ello, se ha construido una planta de tratamiento de biogás, que lo adecuará a los estándares del gas natural para poder introducirlo en la red de suministro. La vida del residuo es amplia", afirma en ocasiones la delegada de Medio Ambiente, Ana Botella, intentando explicar lo que ciudadanos y administraciones pueden hacer por prolongar la utilidad de los recursos naturales. Con este fin, al reciclaje, la incineración de residuos o la elaboración de compost, el Parque Tecnológico de Valdemingómez ha sumado ahora dos plantas de biometanización, que permiten generar un combustible renovable a partir de la basura orgánica que llega.
El biogás restante se destinará a la planta de energía eléctrica de Valdemingómez, donde ya se produce electricidad con el producido en los vertederos de Valdemingómez de forma natural y más lenta que con la biometanización. Además, Sánchez afirma que el Ayuntamiento estudia destinar parte de la producción para fabricar pilas de hidrógeno (el biogás tiene un alto contenido en este elemento) para utilizarlas en los ecobarrios de Madrid.
En total, cuando las dos plantas de biometanización de Valdemingómez estén a pleno rendimiento, se podrán generar 34 millones de metros cúbicos de biogás, cantidad equivalente a la iluminación de 20.500 viviendas. Además, de aumentar la energía eléctrica renovable generada en la ciudad, estas nuevas plantas permitirán reducir la cantidad de dióxido de carbono en unas 300.000 toneladas.
Poblaciones de bacterias
Cuando estén a pleno rendimiento -lo que, según Sánchez, podría ser a final de año- los nueve digestores podrán tratar 350.000 toneladas anuales de materia orgánica, más de la mitad de lo que los madrileños mandan a Valdemingómez. Por el momento, de los nueve digestores hay ya casi dos llenos.
El proceso es lento porque hasta que un digestor no está al límite de su capacidad no se comienza a introducir la materia orgánica en otro -que debe ir mezclada con agua y estar a una temperatura determinada-, ya que lo importante es conseguir una población de bacterias adecuada para la descomposición de la basura y después inocularla en otro digestor. Una vez llenos todos los depósitos, la producción de biogás gana velocidad.
Para que el proceso salga bien es fundamental que haya la menor cantidad posible de residuos inorgánicos. Para ello, después del proceso habitual de clasificación que siguen los residuos en Valdemingómez, se inicia un nuevo proceso que a través de varias divisiones por tamaño, separadores magnéticos y procesos de triturado da como resultado la materia orgánica ideal para los digestores.
"Es el último grito en tecnología. Hemos estudiado las experiencias negativas y positivas de otras plantas y hemos intentado mejorarlas", indica Gonzalo Puigcerver, director de la planta de Las Dehesas, que junto a la de La Paloma se han convertido en el complejo de biometanización más grande de Europa.
Fuente; aquí
El biogás restante se destinará a la planta de energía eléctrica de Valdemingómez, donde ya se produce electricidad con el producido en los vertederos de Valdemingómez de forma natural y más lenta que con la biometanización. Además, Sánchez afirma que el Ayuntamiento estudia destinar parte de la producción para fabricar pilas de hidrógeno (el biogás tiene un alto contenido en este elemento) para utilizarlas en los ecobarrios de Madrid.
En total, cuando las dos plantas de biometanización de Valdemingómez estén a pleno rendimiento, se podrán generar 34 millones de metros cúbicos de biogás, cantidad equivalente a la iluminación de 20.500 viviendas. Además, de aumentar la energía eléctrica renovable generada en la ciudad, estas nuevas plantas permitirán reducir la cantidad de dióxido de carbono en unas 300.000 toneladas.
Poblaciones de bacterias
Cuando estén a pleno rendimiento -lo que, según Sánchez, podría ser a final de año- los nueve digestores podrán tratar 350.000 toneladas anuales de materia orgánica, más de la mitad de lo que los madrileños mandan a Valdemingómez. Por el momento, de los nueve digestores hay ya casi dos llenos.
El proceso es lento porque hasta que un digestor no está al límite de su capacidad no se comienza a introducir la materia orgánica en otro -que debe ir mezclada con agua y estar a una temperatura determinada-, ya que lo importante es conseguir una población de bacterias adecuada para la descomposición de la basura y después inocularla en otro digestor. Una vez llenos todos los depósitos, la producción de biogás gana velocidad.
Para que el proceso salga bien es fundamental que haya la menor cantidad posible de residuos inorgánicos. Para ello, después del proceso habitual de clasificación que siguen los residuos en Valdemingómez, se inicia un nuevo proceso que a través de varias divisiones por tamaño, separadores magnéticos y procesos de triturado da como resultado la materia orgánica ideal para los digestores.
"Es el último grito en tecnología. Hemos estudiado las experiencias negativas y positivas de otras plantas y hemos intentado mejorarlas", indica Gonzalo Puigcerver, director de la planta de Las Dehesas, que junto a la de La Paloma se han convertido en el complejo de biometanización más grande de Europa.
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